Hoy al despertar…
cuando mi cuerpo  comenzó
a desperezarse de la somnolencia
de la noche que aún no terminaba
de querer  marcharse.
Mis ojos con lentitud, dilación,
se abrieron y cerraron dejando escapar
esas lágrimas morosas que pernotaron unidas
en mi lagrimal que les hizo lugar.
Cuando en la noche me asoló el miedo
porque aunque dormida esperé y esperé
y no logré encontrarte;
no dijiste  presente, te declaraste ausente.
Y exude y en mi sudor
me humedecí, me enfríe, temblé,
tiritaron, morados mis labios.
Pronuncie lejano tu nombre
que no es tuyo, ni mío, ni de nadie
ni tan siquiera, es eso, “Un Nombre”.
Es solamente el anhelo
el lograr que  una mañana cualquiera
de cualquier amanecer, al despuntar el alba
te hallare a mi lado, dejando de estar
ahogada  en tus redes “Soledad”
Dime seguiré esperando?
                                                                   Yo.